En muchas ocasiones, los padres son un mar de dudas a la hora de educar, cuidar y tratar a sus hijos. Algunos piensan que es importante educar a los hijos de forma rígida, estableciendo unas pautas concretas que se deben cumplir, otros que lo mejor es dejarlos a su aire y que ellos mismos descubran el mundo y a solucionar sus problemas. Padres que piensan que se preocupan por todo sobre sus hijos y otros que no se preocupan por nada, o incluso algunos que quieren hacer de sus hijos una versión en miniatura de ellos mismos. La variedad de opiniones es inmensa, y con este artículo intentamos ofrecer un poco de luz al asunto, presentando dos formas de cuidar y educar a los hijos, analizando las consecuencias que pueden tener en ellos.
Los padres helicópteros, que como su nombre indica, sobrevuelan a los hijos constantemente alertados de cualquier signo de peligro. Este estilo de paternidad se caracteriza por un cuidado excesivo sobre el hijo, una búsqueda de allanar el camino de los hijos para alcanzar la perfección pero sin sufrir ningún revés durante este. Ante cualquier señal de peligro, por mínima que sea, estos padres ya protegen a sus hijos, toman las decisiones por ellos (hasta las más intrascendentales). Son padres que complacen a sus hijos en todo, nunca le recriminan nada, en resumen, son hiperprotectores y los meten dentro de una burbuja donde no hay peligros, y donde consideran que están en el ambiente ideal para un desarrollo perfecto. Destacar que estos padres, no tienen límites en la relación con sus hijos, ni entiende de edad, por lo que pueden seguir protegiéndolo de manera absoluta hasta después de la mayoría de edad. Sin embargo, este estilo de cuidado, tiene consecuencias negativas tanto para padres como para hijos, ya que, en los padres crean una sensación de responsabilidad que conlleva a mucho estrés y ansiedad. Y, al contrario de lo que se puede pensar, los hijos desarrollan un estilo de personalidad evitativo, miedoso, con baja tolerancia a la frustración e incapaces de solucionar problemas.
Por otra parte y compartiendo muchas características, se encuentran los Hiperpadres, los cuales comparten el excesivo cuidado hacia sus hijos, pero se identifican en mayor medida por la búsqueda absoluta de la perfección, preocupándose de su desarrollo y su futuro, siempre pensando en el “llegará a ser” y teniendo unas altas expectativas sobre ellos. Estos padres, buscan estimular desde edades muy tempranas a sus hijos, los cargan de tareas y actividades, pero a la vez le alivian la carga, llevándolos a todos lados, solucionando sus conflictos, e incluso haciéndoles los deberes si están cansados, pensando que así ayudan en la búsqueda de esa perfección que desean. Como en el caso de los padres helicópteros, lo que desarrollan en sus hijos es más incompetencia que competencia, más miedos y evitaciones, y suelen mostrar baja tolerancia a la frustración, generando problemas en las relaciones con sus iguales y creando un “pequeño dictador” en casa.
Por ello, fijándonos en estos estilos parentales, recomendamos un estilo educativo democrático, donde se ayude a los hijos a solucionar los problemas en consenso, donde los hijos cometan errores y aprendan de ellos, fortaleciendo y formando una capacidad para solucionar los problemas de su vida de forma adecuada, siempre apoyándoles, y estableciendo unas expectativas adecuadas en su formación.
Jesús Santos Gómez
Psicólogo colaborador centro Psicohuma