Hoy hablamos sobre el castigo… ¿qué podemos decir sabiendo lo que sabemos y teniendo en cuenta que ha sido una estrategia educativa muy frecuentemente utilizada desde antaño?
Que por lo general, cuanto menos se use el castigo, ¡mejor!
Existe la costumbre incluso hoy en día, de plantear las cosas a los niñ@s en términos de castigo o amenaza, según se mire… “si no haces esto tendrás esto que no te gusta o te quito lo otro”.
El castigo es una consecuencia negativa por hacer o dejar de hacer algo y tiene más inconvenientes que convenientes. En sí es una estrategia de modificación de conducta que tienes sus orígenes en los experimentos en psicología conductual con animales, que tuvieron una gran acogida en su tiempo para su generalización en humanos.
Hoy sabemos que su uso es poco beneficioso, y que trae por lo general más perdidas que ganancias.
A día de hoy existen distintos enfoques desde la psicología que animan a educadores y padres a plantear los cambios desde una perspectiva positiva, señalar las buenas conductas, sin necesidad de usar el castigo para conseguir una modificación conductual o actitudinal. La filosofía es la siguiente “si potenciamos lo positivo, restaremos espacio a lo negativo”, en sí parece sencillo, aunque en realidad no lo es, principalmente por la tendencia humana a centrar nuestra atención en el problema y en lo que se quiere cambiar. Un buen ejemplo de esta visión sería exponer las opciones a los niños en términos positivos del modo que podríamos plantearles “cuando recojamos los juguetes iremos un rato al parque” en vez de decir “si no recoges lo juguetes no vas al parque” la finalidad es la misma, pero el niñ@ estará más predispuesto a realizar la tarea si está enfocado en lo positivo. En este sentido, cuando sea necesario corregir alguna conducta en el niñ@, es fundamental ofrecerle una conducta alternativa que queramos potenciar, mejor que “deja de hacer eso” será “me gustaría que actuaras así”.
En el día a día, lo fundamental para los niños es disponer de una estructura y un orden, que aunque traten de trasgredir, les de soporte y seguridad para su desarrollo. Para ello es importante establecer unas normas y unos límites en casa y si los niñ@s tienden a saltarse estas normas, habrá que recordarles la parte positiva de cumplirlas.
Un aspecto muy importante a tener en cuenta respecto al castigo, es que recordemos que los niñ@s siempre tienen que seguir jugando, yendo al parque, saliendo con los amig@s. Prohibirles que hagan todas estas actividades mediante el castigo puede acarrear consecuencias mayores que corregir la conducta por la que se les ha castigado.
El castigo jamás puede entorpecer el desarrollo social y emocional del niñ@.