Durante la etapa de la adolescencia de los hijos, se producen una serie de cambios inevitables, y necesarios a su vez, que en ocasiones desestabilizan el sistema familiar y lo ponen a prueba.
Los adolescentes, en etapa de expansión, de conocimiento y reconocimiento por los otros, en ocasiones se sienten confundidos, desconcertados, inseguros y con ciertas dificultades para regular sus emociones. Durante este periodo, los jóvenes necesitan cierto posicionamiento para la construcción de su identidad y su autoconfianza, por lo que se rebelan y ponen en cuestión los criterios adultos.
Los padres, por su parte, debido a los cambios propios de su ciclo vital, tras superar con éxito el examen de ser padres de hijos “niños”, vuelven a presentarse a una nueva prueba, y ahora deben aprender a ser padres de hijos “adultos en potencia”, y que, tal y como se oye en muchas ocasiones, “exigen como adultos pero actúan como niños”.
Debido a la dificultad que entraña tanto para padres como para sus hijos danzar durante este periodo, os proponemos algunos consejos indispensables para que os guíen en esta nueva aventura.
Consejos para padres:
Establece límites claros, estables y flexibles. Recuerda que los límites no son castigos, son normas y criterios básicos para la convivencia y la relación de vuestro hijo con su entorno, sirven para guiar su conducta y para ayudarle en su desarrollo.
Revisa las pautas y las normas cada cierto tiempo, adecuándolas a las necesidades evolutivas de tu hijo, escucha sus propuestas con atención y después, decide lo que consideres más conveniente para ellos.
Fomenta la confianza en ellos y promueve su autonomía. Como adolescentes, tus hijos necesitan sentir cierta libertad para comenzar a tomar decisiones por sí mismos, reflexionar y repensar diferentes opciones. De esta manera construyen sus propios criterios y se enfrentan a las dificultades.
Mantente a su lado, pero evitando resolver todos sus problemas, ya que el exceso de cuidados no les ayudará en su crecimiento y su toma de confianza.
Consejos para hijos:
Expresa tus miedos y tus inseguridades. Las emociones negativas, una vez expresadas con palabras pierden su intensidad. Compartiéndolas, permites que personas que te aprecian puedan aportarte distintos puntos de vista y herramientas manejar tu malestar.
Confía en tus opiniones y planteamientos, y evita que la forma de expresarlas empañe el fondo.
Ten paciencia, abrirse camino en el mundo adulto es complicado. Aunque encuentres algunos obstáculos por el camino, con el tiempo lograrás superarlos.
No temas equivocarte, aprovecha los propios errores para aprender y confía en tu capacidad para adaptarte a los diferentes retos que esta etapa te plantea.
Establece espacios de intimidad, y responsabilízate de aquello que te concierne, de esa forma transmitirás en tu familia tu capacidad para ser autónomo y responsable, y les ayudarás a confiar en tus capacidades.
Enfádate exigiéndote ciertos límites. Las emociones como la ira o la rabia, forman parte del repertorio emocional de todo ser humano, y en ocasiones, es necesario expresarlas al igual que el llanto o la alegría, pero cuidado, evita que la expresión de estas emociones se traduzca en comportamientos violentos o faltas de respeto hacia las personas de tu entorno, y recuerda que estas actitudes te perjudican principalmente a ti mismo y a tu desarrollo.