¿Qué es la tricotilomanía?
La tricotilomanía, del griego (zríx, trijos) cabello, (tíl-lō) depilar y (manía) manía, es un comportamiento repetitivo enfocado a arrancarse el cabello o el vello corporal. Por norma general la zona más afectada es la cabeza aunque también hay casos en los que se abarcan pestañas, cejas, barba, axila, pubis o cualquier otra zona donde exista vello, una vez descartada cualquier enfermedad dermatológica.
Según el Manual Estadístico de los Trastornos Mentales, la tricotilomanía es considerada como un trastorno del control de los impulsos. Los criterios para su diagnóstico son:
– Arrancarse el cabello de forma recurrente con la correspondiente pérdida del mismo.
– Sentir una elevada tensión antes de arrancar el vello o al intentar controlarlo.
– Sentir algún tipo de satisfacción, gratificación o placer al arrancarlo.
– Sentimiento de malestar que impide su normal desarrollo en cualquier ámbito social.
Suele comenzar en los primeros años de la infancia, siendo en la adolescencia donde se dan un mayor número de casos. En ocasiones, este acto se inicia a partir de los 3 años aproximadamente; en esta etapa, es un hábito como cualquier otro (chuparse el dedo) y suele estar provocado por alguna situación de estrés, cansancio o simple aburrimiento, pero por lo general, este hábito suele desaparecer antes de comenzar su etapa escolar.
Algunos niñ@s juegan con el pelo que se han arrancado, lo muerden o lo rompen en pequeños trozos para tirarlos y así poder ocultarlos con mayor facilidad.
Es bastante común que los niñ@s que sufren de tricotilomanía también sufran onicofagia (morderse las uñas; tema del que hablamos anteriormente, si quieres verlo pincha aquí).
No hay una causa exacta de por qué se produce este trastorno, puede ser debido al estrés o aburrimiento como hemos citado anteriormente o por factores más complejos, normalmente interactúan una serie de variables biopsicosociales, en la constitución de distintos síntomas psíquicos.
En la mayoría de los casos, tal y como relatan los pacientes que sufren este trastornos y lo descrito en la literatura científica, esta acción viene motivada con objeto de reducir su nivel de ansiedad, se produce un circuito en el que el acto de arrancamiento genera alivio o reducción de tensión, construyéndose un hábito que se generaliza en distintas situaciones y se hace estable en el tiempo.
Uno de los mayores problemas, consecuencias negativas y de mayor gravedad en las posibles complicaciones del trastorno, es cuando se ingiere el cabello arrancado, puesto que puede acarrear problemas digestivos ya que el pelo no se puede digerir y se va acumulando.
¿Cómo se trata?
Como hemos comentado más arriba, el inicio del cuadro suele darse en la primera infancia. La mayoría de los casos, la resolución del problema es rápida y si el manejo de los adultos es la adecuada, la conducta se diluye en el tiempo. Sí es importante acudir a un profesional de la salud mental, si la conducta es frecuente, se mantiene en el tiempo y/o comienza a tener repercusiones en distintas áreas de la vida de la persona.
Desde el centro os queremos facilitar algunos consejos para ayudar a vuestro hijo si comienza a presentar este tipo de conductas:
– Lo primero que debes saber es que el niñ@ realiza esta acción inconscientemente, no sabe el motivo por lo que lo hace, así que no le preguntes todo el rato porqué lo hace, ya que aumentará su nivel de ansiedad.
– Nunca castigues a tu hijo por esta conducta. El castigo haría que se sintiera mal, aumentando su nivel de tensión, y contrariamente a lo deseado, empeoraríamos el problema.
– Lo más aconsejable es prestar atención a las cosas que le preocupan y causan la situación de estrés para ayudarle a solucionar el problema. Es muy apropiado que realice cualquier deporte, así podrá canalizar la tensión que siente. Algunas técnicas de autorregulación también pueden servirles de ayuda, en ocasiones, buscar alguna alternativa para que tenga las manos ocupadas y sin que sea perjudicial para sí mism@ puede ser una buena herramienta.
– Ante cualquier duda, siempre es aconsejable acudir a un especialista para que te ayude y aconseje para afrontar dicha situación.
– Y lo más importante de todo… no perder la paciencia, debes ser comprensivo y sobre todo darle mucho cariño.