En los últimos años, ha tenido lugar un aumento significativo de la conducta autolesiva entre jóvenes y adolescentes. Se estima que la prevalencia vital entre jóvenes y adolescentes oscila entre 7.5-28% en la población general. Las autolesiones, -como objeto de observación clínica- pueden entenderse como comportamientos intencionales y autodirigidos que ocasionan daños físicos, normalmente de baja letalidad.
Las personas que realizan este tipo de conductas lo hacen con el fin de aliviar o disminuir el estrés, la ansiedad o el malestar emocional. En definitiva, las razones más frecuentes que llevan a una persona a autolesionarse son la búsqueda de regulación afectiva y el control de impulsos.
Las formas más habituales de autolesión, sobre todo en la adolescencia, suelen ser cortes, golpes y quemaduras; y menos frecuente son la inserción de objetos bajo la piel, rascarse en exceso, morderse, arrancarse el cabello o la ingesta de cuerpos o líquidos extraños.
Diversas investigaciones han relacionado la conducta auto lesiva con algunas circunstancias, como son: presencia de psicopatología (ya sea en la persona que comete la autolesión o en sus familiares), vivir un problema familiar, tener algún conflicto social, o la ocurrencia de acontecimientos estresantes para el sujeto. Más concretamente, la elevada internalización de la ira, el haber pasado por tratamientos médicos previos, la sintomatología emocional y un bajo funcionamiento global son factores de riesgo que se asocian a los pensamientos y conductas autolesivas. Sin embargo, la percepción de un funcionamiento familiar normal por parte de los adolescentes se ha descrito como factor de protección muy significativo.
Desde Psicohuma entendemos la conducta auto lesiva enmarcada en la etapa evolutiva de la adolescencia y primera juventud y en las dificultades de consolidación identitaria y de manejo emocional propias de este periodo. Así, concebimos el síntoma auto lesivo como un mensaje implícito que hay que descifrar desde la perspectiva del ciclo vital, temporal y funcional; y dándole sentido dentro de la historia personal y el contexto familiar del paciente, se contribuiría a un abordaje terapéutico que abogue por la no cronificación del síntoma y promueva un pronóstico positivo.
Paloma Martín Guerrero
Psicóloga colaboradora centro Psicohuma
REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS
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De Neira, M. D. (2014). Características psicopatológicas, acontecimientos vitales estresantes y conductas autolesivas suicidas y no suicidas en adolescentes evaluados en salud mental (Doctoral dissertation, Universidad Autónoma de Madrid).