En la entrada de hoy, hablaremos del duelo infantil. Como los mayores, ante la pérdida de un ser querido, los niños perciben la ausencia y experimentan mucho sufrimiento, que a veces, los adultos pueden no saber interpretar como tal.

En lo que a la muerte se refiere, los pequeños de 3 a 6 años ya pueden entender el concepto de la muerte con el apoyo y la explicación adecuada de los mayores. En un primer momento, pueden aferrarse al deseo de que el ser querido “regrese” y creer que esto ocurrirá, pero si los adultos explican con sencillez el concepto de “irreversibilidad” de la muerte, suelen entenderlo. Entre las respuestas más típicas al principio cabe mencionar las siguientes: pueden sentirse confundidos o negarse a creerlo, precisan de mayor cercanía y demanda de cuidados, tienen respuestas inadecuadas relacionadas con la dificultad de aceptar o comprender la muerte (ej. preguntan cuándo volverá), expresan sus emociones a través del juego, imitan a sus personas de referencia (con lo que, si estos esconden sus sentimientos, ellos también pueden hacerlo o, por el contrario, si muestran mucho dolor, harán lo mismo), surge el miedo ante otra posible pérdida o abandono, y por último, si el fallecido es algún progenitor pueden afianzar vínculos afectivos con personas de cualidades parecidas al difunto.

Según un teórico clásico, John Bowlby, el duelo atraviesa unas cuatro etapas: 1)shock inicial, caracterizado por la negación, el aturdimiento, la cólera y la no aceptación, 2) fase de anhelo y búsqueda, caracterizada por una intensa añoranza donde se busca a la persona fallecida constantemente y nos invaden pensamientos sobre el fallecido, 3) fase de desorganización y desesperanza, dominada por la apatía, la sensación de pérdida de sentido y recuerdos dolorosos de la persona fallecida; y 4) fase de reorganización en la que los aspectos más dolorosos del duelo comienzan a remitir y la persona fallecida es recordada con una mezcla de alegría y tristeza.

  • Manifestaciones conductuales: Deterioro de las habilidades sociales y emocionales, conductas agresivas, timidez o inhibición, desinterés por el grupo de iguales, dependencia excesiva y demanda de atención de los mayores
  • Manifestaciones cognitivas: Disminución de la atención, manifestación del trauma mediante pesadillas, fantasías con la muerte, curiosidad morbosa sobre la muerte, enfermedades, los accidentes…
  • Manifestaciones físicas y psicosomáticas: excitación del sistema nervioso autónomo que puede producir dolores de cabeza, estómago, palpitaciones, trastornos de sueño, negativas a comer, enuresis o encopresis

Entre las diversas manifestaciones del duelo existen:

Coincidiendo con el psicólogo William Kroen, algunos consejos generales para ayudar a un niño en este tipo de situación pueden ser los siguientes:

  • Hablar con el niño del fallecido con la mayor naturalidad posible
  • Dar a los pequeños la oportunidad de elegir participar o no en los rituales funerarios, aniversarios, etc.
  • Hablar de la pérdida común y del dolor que sienten todos. Esto es una forma de hacerle ver que su sufrimiento es “normal”
  • Ofrecer al niño un espacio individual y un tiempo para que exprese las emociones y el dolor de manera personal
  • Respetar el tiempo de malestar
  • Aclarar temores, y aludir a la normalidad, ya que probablemente puedan experimentar haber pseudo-alucinaciones (oír al difunto, parecer que le ha visto…)
  • Preguntar, y estar disponibles según las necesidades del niño
  • Estar alerta para diferenciar cualquier reacción que pueda llevar a pensar que el niño necesita ayuda profesional
  • Apoyar la realización de cualquier actividad. Esto es beneficioso tanto para mantener la salud y prevenir enfermedades durante el duelo, donde las defensas están más bajas; como para que vaya recuperándose emocionalmente e integrando hábitos normales del día a día.
  • Leer un cuento juntos sobre el dolor y el duelo. (Algunas recomendaciones: http://blog.educaciondocente.es/wordpress/cuentos-para-trabajar-el-duelo-y-las-perdidas-con-los-ninos/)

Paloma Martín Guerrero
Psicóloga colaboradora Centro Psicohuma

Bibliografía:

Kroen, W. C. E. (2011). Helping children cope with the loss of a loved one. Cómo ayudar a los niños a afrontar la pérdida de un ser querido: un manual para adultos. Barcelona, España: ONIRO.

Lejón, A. y Gallego, M. (2017). El afrontamiento de la muerte y el duelo en la etapa infantil. FOCAD.

Pérdida de un ser querido: formas de expresión del sufrimiento y pautas para el manejo adulto del duelo infantil
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