“El mundo de los Hobbits es el mundo de la comodidad, donde uno se siente bien cuidado, todo es armónico y no existe el conflicto, es una aldea construida desde el amor y la felicidad.
La Tierra media, sin embargo, es un lugar en el que prima la incertidumbre, existen obstáculos, se plantean dilemas, y los Hobbits deben tomar decisiones arriesgadas con responsabilidad.
Frodo y Sam crecieron en la aldea, y se nutrieron del amor y el cuidado que sus seres queridos les brindaron. Pasados los años de tranquilidad, tuvieron que partir inevitablemente para salvar sus vidas y proteger a su comunidad hacia la Tierra Media. Sintieron un gran dolor al partir, y el miedo les paralizó en muchos puntos del camino, miraban hacia atrás y añoraban su aldea y lo que en ella recibieron, pero sabían que todo aquello que la aldea les aporto lo llevaban consigo, ahora era el momento de servirse de toda la sabiduría que los sabios le aportaron para poder manejar con confianza las dificultades y conseguir su anhelado deseo, el de ser libres y continuar su camino, siendo la Tierra Media el único lugar donde todo hombre encuentra su libertad”.