El Síndrome de Münchausen, ¿de qué hablamos?
El Síndrome de Münchausen es un trastorno de tipo psicológico, en el que la persona afectada, finge, representa, o autoinduce síntomas de enfermedades de manera reiterada, con el fin de conseguir atención, apoyo social, asistencia médica o cuidados por parte de otros; por ello pasan mucho tiempo en los hospitales y acuden a otros centros cuando los médicos dudan de la credibilidad de los síntomas. Este trastorno puede derivar en diversos problemas tanto sociales (relaciones sociales complicadas, problemas laborales por las continuas bajas, etc.) como físicos, ya que en algunas ocasiones, al inducirse síntomas se causan lesiones o llegan a producirse verdaderas enfermedades, abusar de sustancias e incluso llegar a morir.
Este síndrome es más común en mujeres entre los 20 y 40 años y en hombres solteros entre los 30 y 50 años. En muchos casos suelen trabajar en el ámbito de la salud y tienen experiencia con el mundo hospitalario. Las personas que sufren este problema suelen caracterizarse por una baja autoestima, una alta necesidad de sensación de control, y altos niveles de ansiedad, además de caracterizarse por tener rasgos de personalidad límite y antisocial. Otra característica común es la de tener antecedentes de maltrato físico o emocional, o de sufrir alguna enfermedad grave en la infancia, e incluso pasar gran tiempo de esta etapa en hospitales. El Síndrome de Münchausen debe diferenciarse del Trastorno Hipocondríaco, porque en ocasiones se confunden, ya que ambos se caracterizan por la inexistencia de enfermedades reales, pero en la hipocondría, aparece un miedo a padecerlas, mientras que en Münchausen los síntomas de la enfermedad son producidos deliberadamente por el mismo paciente en busca de asumir el papel de enfermo.
Existe una vertiente del Síndrome de Münchausen clásico, y se trata del Síndrome de Münchausen por poderes. Esta variable, se caracteriza por un cuidador de una persona dependiente (generalmente un hijo/a menor), le induce o le hace fingir síntomas con el objetivo de acudir al médico, que le realicen pruebas y conseguir un tratamiento para el hijo/a. Se puede considerar como un tipo de maltrato infantil, ya que, en muchas ocasiones, no solo se falsifican pruebas médicas, también hacen daño a los pequeños/as y en alguna ocasión pueden incluso llegar a provocarle daños irreversibles, incluso la muerte.
No existe un tratamiento comúnmente aceptado por la comunidad científica, siendo el pronóstico no favorable, por las propias características del cuadro y la comorbilidad asociada. En el caso del síndrome por poderes lo principal es asegurar la protección del menor, y en cuanto a la persona afectada, iniciar una terapia psicológica y asesoramiento familiar, aunque con difícil aceptación por parte del paciente, debido a que, pensará que no creen su enfermedad física.
Jesús Santos Gómez
Psicólogo colaborador centro Psicohuma.